Cuando uno ama, se avienta sin paracaídas

 


Esta imagen me apareció en Pinterest. Me sacudió, me cimbró, pero sobre todo me dolió.

Me dolió porque nunca había dudado de tu amor, nunca antes dudé de ti, de lo que decías sentir por mi y de lo que "me demostrabas". Creo que por fin estoy abriendo los ojos, jamás me pude explicar el porqué de tus reservas, de tus ganas de esperar, de tu temor, de tus inseguridades por mostrar lo nuestro a todo el mundo. Finalmente voy entendiendo, no era amor. Solo un espejismo, solo fui alguien que te devolvió vida, que te hizo vibrar desde aquél beso furtivo que nos dimos por primera vez.


Yo te amé, te adoré, me entregué, incluso cambié cosas de mí que sabía que no estaban mal, por complacerte, porque "¿qué se me quitaba? no iba a ser ni más ni menos feliz al dejarlas de hacer.

Debo reconocer que sí, me costó mucho trabajo ceder en cosas en las que creía, por las que ya una vez había luchado, por libertades que merecía, que merezco.

Esperando obtener lo mismo a cambio, la diferencia fue que yo no te pedí que cambiaras nada de ti, a mi tu esencia me gustaba, era suficiente para amarte plenamente.

Fueron 18 meses de mi vida esperando un lugar que jamás llegó, creo que fue mucho tiempo, no se si perdido, pero sí invertido y sí de retroceso, porque yo ya era feliz antes de tu llegada y ahora que te has ido, que para variar, te he sacado por enésima vez, estoy hecha pedazos, tengo un hueco enorme en el estómago y en el alma. Pero floreceré, me conozco y sé que lo haré.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Tomo agua, me lavo de ti

Te extraño